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miércoles, 20 de marzo de 2013

Otro relato gay entre profesor y alumno

Observé como el maestro se tiraba a mi compañero
Este relato ocurrió cuando yo estaba en el instituto, las clases de gimnasia eran en el polideportivo adjunto al centro escolar, y cuando hacíamos deporte después nos duchábamos toda la clase en los servicios. Un día, y tras varias clases, me di cuenta de que a un compañero de clase mío el profesor le trataba mejor, y aprobaba siempre con grandes notas, el se llamaba Ariel, así que me puse a observarlo, entonces me pude dar cuenta de que el profesor de gimnasia, Santiago, aprovechaba cualquier ocasión para darle un cachete en el culo a él, siempre lo utilizaba para hacer el ejemplo del ejercicio, se ponía detrás para corregirle la posición pegándole su pene al culo, refregándolo disimuladamente.
Cuando llegamos a las duchas, tras la clase, casi todos habían terminado, yo me hice el remolón porque no quería perder de vista a Ariel, que también se demoraba mucho, llegó el momento en el cual todos habían salido menos él y yo, entonces entró el profesor, cuando me vio aun allí, se puso nervioso, como si no se lo esperase. No tuve más remedio que terminar, sin embargo dejé en el vestuario mis zapatillas, y salí despidiéndome de los dos. Me quedé junto a la puerta desde donde no me podían ver, no escuchaba nada, esperé cinco minutos, y empecé a asomarme con cuidado, no se veía a nadie en el vestuario, entré con suma cautela, sabiendo que tenía la excusa de las zapatillas olvidadas, en el vestuario no había nadie. Al rato, oí ruido de agua en la zona de las duchas, hacia allí me encaminé, observé que en el cuarto de las duchas estaban los dos, me escondí en un sitio desde donde los podía ver, Ariel y el profesor estaban totalmente desnudos bajo la ducha. Ariel estaba de rodillas, con la polla de Santiago en la boca, se notaba que le encantaba sentir aquella boca adolescente chupándole el nabo, Ariel se tragaba la polla hasta la empuñadura, le decía al profesor que tenía una hermosa polla, Ariel cerraba los ojos y continuaba mamando, el profesor a veces hacia como el que follaba, se tiraba a Ariel oralmente. La verga del profesor le llegaba a la campanilla, sepultando totalmente aquel pene en su boca.
Pasado un rato, el profesor sacó su polla de la boca, se alejó un poco y Ariel lo siguió con la boca abierta y la lengua totalmente fuera, deseoso de que le volviera a llenar. Santiago le dijo que era hora de cambiar, le ordenó a su alumno que se lubricara el culo, para podérselo follar. Ariel se metió debajo del agua de una ducha, se agachó un poco, y se metió un dedo con relativa facilidad por el culo, se masturbó un poco, y después se introdujo un segundo dedo, le costó algo más, pero entró y continuó penetrándose, por último, se metió un tercero, este le costó más, pero finalmente entró, se folló entonces con los tres dedos. Pasado un rato, se sacó los tres dedos y le dijo al profesor que ya estaba dispuesto su culo para ser follado.
Ariel se puso a cuatro patas sobre el suelo de la ducha, y el profesor apoyó su verga en el umbral del ano, e inmediatamente Santiago se la metió de un solo golpe, acababa de abrir en canal a Ariel, el cual sentía dolor. El profesor comenzó a meterla y a sacarla, se lo follaba sin compasión, entrando hasta sus entrañas, Ariel echó su mano hacia atrás y tocó la polla de su profesor, ya sentía placer por aquella follada, la polla de mi compañero estaba dura, le estaba gustando ser penetrado por el culo. Santiago le decía a Ariel que era un maricón, que le encantaba tirarse a sus alumnos, fueran chicas o chicos, que era una forma muy honorable de aprobar una asignatura sin estudiar, que le encantaba la carne fresca.
Tras esto, el profesor empezó a jadear, hasta que soltó los trallazos de leche en el culo de Ariel, cuando sacó la polla del culo, de este chorreaba semen, Ariel se dio la vuelta y lamió la verga de su profesor hasta dejarla inmaculada.
Después, y aun Ariel con su polla muy erecta, le dijo al profesor que le hiciera algo, que se la mamara un poco, Santiago le dijo que el no era ningún maricón, Ariel le rogó que al menos lo masturbara con la mano, pero Santiago le dijo que no, que lo más que haría sería quedarse allí mientras se masturbaba, Ariel desilusionado empezó a masturbarse, hasta que soltó su leche en la ducha.
A continuación se ducharon para limpiarse, yo me salí de allí, y momentos después los vi salir de los servicios juntos.

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