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viernes, 22 de marzo de 2013

Relato gay: sacerdote

Yo nunca he sido religioso, fui católico pero ahora soy cristiano, pero un día se me ocurrió ir a una iglesia porque pienso que los curas están buenísimos, cuando llegué a la iglesia, no había comenzado la misa, pero me di cuenta que el sacerdote estaba confesando, entonces me metí en el confesionario. Cuando entro, apenas me siento, el sacerdote abre la ventanilla y me dice esos rezos que él hace, entonces simplemente le dije que quería

confesarme porque había tenido muchos deseos impuros y el cura me pregunto que tipo de deseos había tenido, entonces le dije que siempre soñaba con tener sexo con él; él se quedó en silencio por un momento, y entonces me dijo que él podría darme como consuelo algunos rezos para librarme del pecado impuro, pero que de mi mente no saldrían esos pensamientos, y yo le pregunté que cómo entonces estaría libre de pecado y me dijo que simplemente lo esperara en la puerta trasera de la iglesia después de la misa. En efecto allí lo esperé, ya yo sabía lo que venía, creo que estaba a punto de que ese cura me cojiera. Dios mío, cuando lo vi llegar, pensé que estaba en el cielo, era la primera vez que lo veía en ropa de calle, y realmente no parecía un sacerdote, entonces me guió hacia su automóvil (un tremento Mercedes Benz, por eso nunca creo en la devoción de los sacerdotes de la iglesia católica) me monté y me llevó a una casa donde íbamos a estar más solos. Llegamos y cuando entramos él dejó sus cosas en un bar y se acercó a mí y me dijo que cómo podíamos hacer para sacar esos pensamientos muy impuros que llevaba dentro de mi, entonces yo aproveché y tocando el cuello de su camisa le dije que fácil, simplemente quiero que me haga suyo completamente; entonces me miró con una cara de picardía y me agarro y me besó, por supuesto yo le respondí el beso muy excitantemente. Entonces comencé a desnudarlo poco a poco y me impresionó mucho el cuerpo que tenía, wauu, si no lo hubiese visto vestido con sotana, nunca me hubiese imaginado que era cura, pero lo que más me impresionó es que cuando le bajé el pantalón, tenía una verga inmensa como de 20 cm de largo como por 7cm de circunferencia, yo decía dentro de mí, cómo coño me voy a comer toda esa verga que se veía tan exquisita, wauu, entonces comencé a chupar esa exquisita verga y era tan grande que no podía meterla toda en mi boca, trataba de tragarla completa, pero no entraba más, pero mi cura actuaba con mucha experiencia, tal parece ser que yo no fui el primer hombre en su vida sexual. Me agarraba por la cabeza empujando su verga dentro de mi boca y me decía, mámamela toda papasito, hay como me encantaba que me dijera eso, me pedía con ansias mi culito y se agachaba para meterme sus dedos, hay pero que verga más rica, entonces se sentó y yo me senté en sus piernas para que comenzara a cojerme, poco a poco fue metiendo toda su verga dentro de mi hasta que logró meterla toda, hay mi cura que rico cojes, entonces con sus fuertes brazos me subía y me bajaba rápidamente metiendo toda su verga dentro de mi, pero cómo gemíamos los dos, entonces me agarró y me acostó en una mesa de madera, puso mis piernas en sus hombros y lo metió de golpe que sentí un gran dolor pero a la vez delicioso, era divino, realmente estaba en el cielo, me decía cómetela papito, cómo me gusta tu culito, tan rico y pequeñito, y eso me excitaba más, entonces me vine y comenzó a dolerme más cuando él lo metía y lo sacaba de mi culo, pero no me importaba, estaba en la gloria porque estaba con el cura que quería que me cojiera, entonces lo sacó y corrió a mi boca para que yo se la chupara hasta que acabó dentro, pero él la metía tanto que no podía ni respirar ni tragar todo su líquido que era mucho, total fue que no lo pude tragar todo y salió de mi boca y me subió y agarró su esperma lamiendo mi quijada y luego me besó para que yo lo agarrara y lo tragara y así lo hice. Luego de eso nos fuimos a duchar y en la ducha se agachó y comenzó a chupármelo, hay Dios, que excitación es ver a un cura mamando verga, eso me excitó más todavía que volví a calentarme nuevamente, y lo chupaba tan profesionalmente que me impresionaba, entonces se levantó y me dijo que lo cojiera, se puso de espalda hacia mí y comencé a meter mi verga dentro de su culo poco a poco, él hacía que me excitara más todavía porque gritaba y a la vez gemía mucho y me decía que lo cojiera, hay Dios, yo cojiéndome al cura del pueblo, entonces le di tan rico y acabé dentro de su culo y cuando lo saqué me agaché y comencé a chupar su culo y metí mi lengua hasta donde pude, el cura estaba como loco, decía que se lo siguiera chupando que le gustaba y así lo hice, de repente se dio la media vuelta y lanzó sobre mi cara mas leche de su verga que cayó por toda mi cara, después la chupé hasta limpiarla, de allí nos bañamos, nos vestimos y me fui.

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